lunes, mayo 23, 2011

Algunas menudencias....

En estos días de relax, he pisado el cine nuevamente: La chica de la capa roja. Un film que toma la historia de la famosa Caperucita Roja y lo lleva a una historia más oscura, medieval, simbólica. A mí me gustó bastante, una conforntación contsante entre el bien y el mal...el fanatismo, la superchería, la razón..interesante para pasar un buen momento.



También volví a Mejillones. Esta vez la gastronomía del emblemático Zlatar, al cual no había ido nunca, pues siempre me llamaban más la atención las "picadas". Un lugar acogedor, familiar, con precios dentro del mercado. Lamentablemente la variedad era escasa. Mi Marinera, traía exclusivamente 3 choritos, algunas machas y muuuuchas lapas. Sería todo. Una amiga pidió para su plato un acompañamiento de palmito y palta. Le llegó palmito y tomate. En fin, lo importante en esta ocasión fue un entretenido grupo qué sólo deseaba compartir y pasarlo bien.

Ya se habrán dado cuenta el caos que es mirar los diarios regionales y en general los de la cadena emol. Imposible dejarles links. Así que adjunto mi columna de vinos de mayo:

Engrandeciendo el vino
Hay fechas propicias, como la ya pasada semana santa, que ayudaron a revalorar y descorchar esos olvidados blancos. Mariscos, pescados y los tan en moda sushis, siempre dan pie para degustar algunos buenos Reservas, como el Sauvignon Blanc Las Encinas de Viña San Pedro, seco y levemente ajerezado; sumado a un reconfortante Chardonnay de Viña Mar, con algo de plátano y papaya, un descubrimiento para mi paladar (el primero, servirlo muy frío).
Se agradecen las ofertas que rara vez hacen algunos supermercados para intentar aumentar el consumo de estas cepas, que por lo general se ven disminuidas al lado de la gran variedad de tintos, algunos posibles de enfriar un poco más, como el Pinot o quedar muy bien maridados con carnes blancas, como el Carignan.
Pero para no dejar a nadie disconforme, en tinto les recomiendo probar el Carmenere de Nativa, elaborado con uvas orgánicas y que cada día gana más adeptos.
Hace unas semanas, una amiga que se apresta al retorno me decía que comentaba a sus pares al otro lado del mundo que “en Chile el vino y la comida engrandecen la amistad”. Elijan sus vinos y compártanlos con quienes engrandecen su día a día. Seguramente se equivocarán y desilusionarán, pero siempre es bueno hablar de vino. No de la vida, ni las ideas. Tampoco de confrontar el sabor amargo, pero liberador de una vida que pierde el rumbo, embriagada por su propio reconocimiento. ¡Simplemente hablemos de vino!, pues como decían los antiguos: “En el vino está la verdad”. Y a diferencia de las personas, podemos traicionarle más de una vez, así que ¡aprovechemos! A fin de cuentas, la botella que no guste se deja de lado, con la certeza que siempre puede llegar otra mejor.

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