martes, febrero 08, 2011

¿Qué pasó Puerto Viejo?


Me gusta ir a Puerto Viejo por algún plato responedor. Fui el sábado pasado. Lo primero que no me gustó, fue lo sucia de la mesa y el mantel, suciedad que se apreciaba en la vestimenta de quienes atendían, igualmente.
Una pichanga de mariscos fue la opción. La repuesta inesperada es que no había mucho marisco, por lo que sólo pondrían de tres tipos. Luego, al pedir las bebidas (sí, tomé bebida!) tampoco había una de las solicitadas....y demoraron bastante. Punto aparte es que cuando vertió el agua mineral en uno de los vasos, se generó una extraña espuma, que según él era gas...en realidad cualquiera se da cuenta que era jabón de lavar!!
El pan con pebre, que sirven previamente, rico! El plato al llegar pobre y desabrido, pero pasable. El problema fue que al instante llegó una bandada de moscas. El garzón dijo que era por los mariscos que habían llegado... ups! Mi constante aleteo y desquicio ante las molestas moscas hizo que derramara mi vaso, lo que al garzón le pareció divertido... y a mí también finalmente.
Lo que quiero rescatar es que la atención fue agradable, me reí. El hombre era preocupado y los detalles se los saltaba con alguna humorada... por ej. preguntó si el plato nos había parecido "maoma". Luego, al pedir la cuenta gritó: "el garrotazo para la mesa 3", lo que me causó gracia...sin dejar de mencionar el tira y afloja que armó respecto a quien pagaba la cuenta.
A veces, una atención agradable suple algunas deficiencias...pero ojo! espero que el nivel no baje mucho más.

martes, febrero 01, 2011

El tamaño de las personas

Los tamaños varían conforme el grado de compromiso...

Una persona es enorme para uno, cuando habla de lo que leyó y vivió, cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe con inocencia.
Una persona es pequeña cuando sólo piensa en sí misma, cuando se comporta de manera poco gentil, cuando fracasa justamente en el momento en que tendría que demostrar lo que hay de más importante entre dos personas: la amistad, el cariño, el respeto, el celo, y asimismo, el amor.
Una persona es gigante cuando se interesa por tu vida, cuando busca alternativas para tu crecimiento, cuando sueña junto contigo. Una persona es grande cuando perdona, cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro, cuando obra, no de acuerdo con lo que esperan de ella, sino con lo que se espera de ella.
Una persona es pequeña cuando se deja regir por comportamientos clichés. Una misma persona puede aparentar grandeza o pequeñez dentro de una relación, y puede crecer o disminuir en un espacio de pocas semanas.
Una decepción puede disminuir el tamaño de un amor que parecía ser grande, y una ausencia puede aumentar el tamaño de un amor que parecía ser ínfimo. Es difícil convivir con esta elasticidad: las personas se agigantan y se encogen a nuestros ojos. Nuestro juzgamiento es un hecho, no a través de centímetros y metros, sino de acciones y reacciones, de expectativas y frustraciones.
Una persona es única al extender la mano, y al recogerla inesperadamente, se torna otra. El egoísmo unifica a los insignificantes. No es la altura, ni el peso, ni los músculos que hacen a una persona grande: es su sensibilidad sin tamaño...

William Shakespeare