jueves, agosto 24, 2006

Pieles Rojas


Siempre es decepcionante descubrir el “lado b” de personas a las que creíamos diferentes. Mi primer libro fue “El Mago de Oz” y con él comencé a amar la lectura. Sin embargo, en estos días me enteré que su autor, Lyman Frank Baum, era un abierto opositor a los indios norteamericanos, por quienes desde la infancia siento una gran atracción. Es así como los familiares de este escritor pidieron recientemente disculpas públicas al pueblo Sioux, por declaraciones como éstas:
-"Los blancos, por ley de conquista, por justicia de civilización, son los amos del continente americano y la seguridad de los asentamientos fronterizos se garantizará con la total aniquilación de los indios que quedan”.
-"La nobleza de los Pieles Rojas está extinguida (por la muerte de Toro Sentado) y los nativos que quedan son una manada de perros callejeros aulladores que lamen la mano que les golpea"…"Su gloria ha huido, su espíritu está quebrado, su hombría borrada; mejor que mueran que vivir como los miserables desgraciados que son".
-"Nuestra seguridad depende de la total exterminación de los indios"…”Para proteger nuestra civilización lo mejor es borrar a estas indómitas e indomables criaturas de la faz de la tierra".

Sin embargo, hay quienes conocemos esta cultura y sabemos del amor que sentían por su tierra y su pueblo. Busquen en internet la famosa carta del jefe Seattle a Washington y verán el concepto medioambiental que tenían y como polarizan su “ser salvaje” con el “ser civilizado” de los blancos. Se dice que esta es la declaración más bella y profunda jamás hecha sobre la madre naturaleza. Como es muy larga y para equilibrar un poco el texto, les dejo una bella oración Sioux…que la disfruten…

Oh gran espíritu, cuya voz oigo en el viento
y cuyo respiro da vida a todo el universo.
Oyeme, soy pequeño y débil, uno de tus muchos hijos.
Déjame pasear en la belleza y permíteme que mis ojos siempre puedan contemplar el rojo y el púrpura de la puesta de sol.
Haz que mis manos respeten las muchas cosas que tú has creado y agudiza mis oídos para oír tu voz.
Hazme sabio para comprender todas las lecciones que tú has escondido detrás de cada hoja y de cada roca.
Dame fuerza no para ser más fuerte que mi hermano, sino para luchar contra mi peor enemigo: yo mismo.
Y hazme siempre listo para ir ante ti con las manos limpias y la mirada recta, para que cuando la luz se desvanezca como se desvanece la puesta de sol, mi espíritu pueda llegar ante ti sin ninguna vergüenza.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No sabía que Baum odiaba a los nativos, pero bueno los escritores no están ajenos a apoyar causas despreciables. Celine era antisemita, Pound fascista, Neruda estalinista, Baudelaire odiaba a todo el mundo (en especial a los belgas), etc.

Saludos

Juan Carlos dijo...

Yo era un niño cuando leí la carta del jefe Seattle a Washington, quedé impresionado por la luz que emanaba de ella, porque sus palabras se cimentaban sobre el conocimiento de una cultura milenaria, que había comprendido que el Hombre es parte de la Naturaleza y no su dueño.

PD: Se hace dificil comentarte, hay un problema con la plantilla. Si quieres te puedo ayudar, déjame un mensaje en la pizarra o mándame un mail.

Saludos

Anónimo dijo...

Supongo que es una constante que los pueblos originarios hayan estado mucho más conectados con la naturaleza que lo que nosotros siquiera soñamos. Eran ellos y la tierra, sin intermediarios. Por eso es casi entendible (pero no comparto, claro) que los norteamericanos no sintieran compasión por ellos...veían el mundo desde ojos demasiado distintos. Una lástima que te desilusione Baum, pero es el riesgo latente entre los hombres. Xilo.