domingo, febrero 14, 2010

Qué pasa con el café?

Algo pasa con el concepto de atención en estos días. Fui a la cafetería del ex Korlaet del Parque y por tercera vez me debo ir, pues la máquina que hace el café está mala!!!!....una cafetería que no puede vender café!!!!!
Me fui al centro ya que necesitaba hacer algunas cosas y el único café abierto a esa hora (¿?) era el del Tottus...pero sorpresa!!!! luego de hacerme esperar 15 minutos, dado que la vendedora andaba en colación, me informan que la máquina que expende café está mala!!!!!!
Bueno, como todo sábado me fui al Jumbo a hacer compras e insistiendo con mi café, pido una promoción para quien me acompañaba y para mí un cortado sin promoción...Y costaba lo mismo!!!!....debí pedir que cargaran mi café, pues también agarraron la mala costumbre de servirlo lechoso.
En realidad, mejor tomar café en casa...no un cortado, pero sí un buen express.

3 comentarios:

Lully dijo...

Yo hice en mi penúltima intervención en mi blog, un escrito sobre el café, que por cierto, el de Colombia es una delicia.

Hugs again!

Bandolera dijo...

Efectivamente por estos lares llega muy buen café colombiano...tienes ustedes una buena tradición en esto!..sldos!

Anónimo dijo...

Nosotros solíamos ir con Alfredo a una cafetería, sandwichería, tal vez salón de té y restaurante, todo junto en un solo lugar, que queda en Maipú cerca de la Feria Maipú, creo que tiene un nombre muy sureño.

La dependiente, una mujer muy simpática y un tanto folclórica nos solía decir que habían apagado la máquina de hacer café hace años, pues nadie pedía café. Por ende, nosotros solíamos tomarnos un 'sabrozón' nescafé.

Una vez ella me ofreció subir al segundo piso a 'servirnos algo', siempre me quedó la duda de porqué ella nos quería en el segundo piso cuando ni los pájaros visitaban ese lugar. Una vez también vi a una pareja comiéndose una tremenda parrillada a la hora del té.

En fin, cosas de la vida en que lo más importante no es el café querida experta, sino más bien un buen 'sanguche' que sacie los apetitos voraces del populus.

Cariños desde la isla, Francis.