Vi "La leyenda del Zorro"...el zorrito para mí. Es una película entretenida, no más que eso a nivel cinematográfico. Pero la disfruté a concho recordando a todos mis héroes de infancia, esos héroes que los niños de hoy ni conocen, pues los monos japoneses no tienen la moral ni la prestancia de Centella, el Hombre araña, Tritón, Shazam, Sandokán, Súperman, El llanero solitario, Los tres mosqueteros, etc, etc....
El zorro me trasladó una vez más a mi Conce, donde mi primo regalón -casi un hermano de infancia para mí- tenía el sombrero del zorrito con antifaz y todo. La espada, podía ser cualquier cosa...
A veces, para lograr ser algo parecido a súperman o centella, una capa "a cuadrillé" me bastaba para lanzarme desde el techo de la casucha de mi perro de turno. Los palitos de helado me servían para hacer mis boomerang, pues mientras jugara entre árboles y tierra húmeda, era feliz...cuantos arcos, flechas y carpas indias construí con mis propias manos...hoy no podría.
Tenía una pandilla, con la que jugaba hasta más no poder. Era un desafío terminar todo en casa para luego salir a jugar...hoy pienso en la imposibilidad de ir sola al bosque, donde antaño lo más grave era que un perro me mordiera, lo que para mí se transformó en una costumbre...tenía tarjeta de cliente frecuente para la vacuna antirrábica.
Fueron casi dos horas de entretención y recuerdos, frente al mágico cine que nos permite reflexionar segundo a segundo...me di cuenta que a pesar de todos los problemas, la niñez -sin duda- fue la mejor época de mi vida.
"Mientras haya hazañas que recordar, existirá siempre un Zorro, que con espada en mano y reflejando la luz del sol, se montará sobre su intrépido córcel Tornado.Que en cada uno de nosotros haya un Diego de la Vega (Alejandro en este caso), luchando por transformarse en el noble hombre del antifaz".
