Salt

Debo reconocer que me gusta ver películas de Angelina Jolie, así que al llegar SALT, esperé unos días y me decidí. Claro que al parecer la mandaron castigada al shopping y grande fue mi sorpresa cuando en domingo, me cobran sólo $1.500 la entrada y la sala no estaba con mucho público.
Salt, es una película de acción , donde Jolie actúa como una oficial de la CIA, (Evelyn Salt) a la que posteriormente le son descubiertos sus nexos con extremistas rusos.
Salt, debe huir y utiliza todas sus habilidades y experiencia como espía encubierta para evitar que la capturen…las vidas de Rambo se quedan cortas!!!…pero ella debe demostrar lo que realmente es.
Una película de mucha acción, bien lograda, con excelentes actuaciones y una duración que se agradece ante tanta súper producción de más de dos horas que anda circulando por ahí.
Yo me entretuve y entre tanta película de acción, creo que Jolie de seguro sabe muy bien defenderse, así que pobre de quién se meta con ella :)

Comer, Rezar y Amar

Con bastante entusiasmo fui a ver “Comer, Rezar y Amar”, me intrigaba el retorno de Julia Roberts a pantalla y la dupla con Javier Bardem. Harta gente en la misma al parecer, pues buena taquilla tenía la sala.
Las tres acciones que dan nombre al film me hacen sentido como parte de una vida relativamente estable, sobre todo si el rezar no involucra sacerdotes, sino una orientación oriental, con la que me identifico.
En fin…la película de más de dos horas de duración, se me hizo realmente eterna. La única parte que capturó mi atención fue “Comer”, en la cosmopolita Italia, realmente el apetito se abre y las risas salen sin forzarlas.
Rezar (en la India), realmente lejos de lo que esperaba. Se muestra una especie de secta comercial, siendo que pudieron orientarse al Budismo o Hinduismo directamente. Realmente no deja mucho. Era seguir a una gurú desconocida en un ambiente muy similar a los que conocemos como Are Krishna.
Amar (en Bali), simpático, pero predecible y lo más lamentable es que echa por tierra todo el argumento interesante y anterior, sobre que se abandona todo, incluido un matrimonio, por encontrarse a sí mismo…el personaje de Roberts dice que siempre estuvo con un hombre al lado y que eso finalmente le pasó la cuenta. Sin embargo, conoce a Bardem, deja su soledad y lo peor de todo, da la sensación que la única vía de desarrollo y felicidad pasa por estar en pareja, teoría con la que no concuerdo totalmente. A fin de cuentas, una película simplemente romanticona y taquillera.

El vino siempre sorprende

Desde hace un tiempo tenía guardado un vino que compré simplemente porque me pareció entretenido. Todo partió en su etiqueta que me anunciaba un ensamble de Cabernet Franc (84%) con Carmenere (16%), que es además lo único en español que pude leer, pues a modo de crónica periodística y con humor, nos cuenta completamente en inglés el por qué este vino se llama “(Oops)”.
A vino entretenido, se dio una ocasión entretenida para su descorche, maridando amigablemente con sushis, cortes de atún y salmón.
Este mosto, es el nuevo acierto de Viña Undurraga que en su botella nos alude a la filoxera, plaga que hizo desaparecer el Carmenere en Francia y que posteriormente fue confundida en nuestro país con el Merlot. Ello hasta que un ampelógrafo francés, dijo: ¡Oops!.... era la extinta Carmenere.
Este “(Oops)” 2008 del Valle Central, es un vino amigable para ser compartido entre pares. Lo encontrarán exclusivamente en Jumbo a buen precio y en tres versiones, cada uno con cuerpo, color y nombre propio: Spicy Splendor, un Carmenere puro con hierbas dulces en nariz, suave y especiado en boca; Voluptuous Beauty, una mezcla de Cabernet Franc con Carmenere, que denota el perfume y fruta negra de la primera cepa; y Cheeky Little Red, una mezcla de Carmenere y Merlot, las dos cepas que se habían confundido y que en esta botella se reencuentran y potencian como las buenas ideas.
Adquirí adicionales del Voluptuous Beauty, pues son una recomendable fiesta frutal y de aromas que resulta inconfundible…le aseguro sentirá hasta la pérdida de una mínima gota que el anfitrión pudiera dejar caer en su blanco mantel.
(Mi columna de octubre 2010-Mercurio Antofagasta).